
Nuestra Declaración de Fe
CREENCIAS DOCTRINALES
El Hombre y Su Salvación
El Hombre
Creemos que el hombre fue creado por un acto directo de Dios y no por medios evolutivos (Gen. 2:7). El hombre fue creado a la imagen de Dios. Pecó al desobedecer a Dios; por lo tanto, quedó alienado de su Creador.
La caída histórica puso a la humanidad bajo la condenación divina. La naturaleza del hombre está corrupta y, por lo tanto, es completamente incapaz de agradar a Dios.
Todo hombre necesita la regeneración y la renovación del Espíritu Santo (Gén. 1:26, 27; Ef. 2:1; Rom. 1:18, 3:20,
7:21-25, 5:12).
Salvación por Gracia por Medio de la Fe
Creemos que la salvación del hombre es enteramente obra de la gracia de Dios, y no es el resultado, en su totalidad o en parte, de obras humanas, de la bondad o de ceremonias religiosas. No creemos que la salvación se halla en alguna religión, algún santo, o en la virgen María. Dios imputa Su justicia a quienes ponen su fe exclusivamente en Cristo para su salvación y, por lo tanto, los justifica ante Sus ojos (Jn. 3:16; Rom. 6:23; Ef. 2:8, 9; Tito 3:5-8). Creemos que el Señor Jesucristo murió “por nuestros pecados según las escrituras; y que fue sepultado según las escrituras; y que resucito al tercer día según las escrituras” (1 Cor. 15:3-4).
Creemos que una persona es salva cuando se arrepiente de sus pecados y ejercita fe confiando en el Señor Jesucristo como su Salvador personal (Hechos 16:31). No damos ningún crédito al hombre para la salvación, debido a su condición de estar muerto espiritualmente (Ef. 2:1) y su naturaleza incapaz de alcanzar justicia en sus propias fuerzas (Rom. 3:10). Creemos que Dios quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad (1 Tim. 2:4, 2 Pedro 3:9, Hechos 3:19).
